Busco, busco y no paro de buscar.
Preguntas y preguntas ¡y más preguntas! que no dejo de soñar.
Encuentro, encuentro y no paro de encontrar.
Millones de respuestas que no dejo de inventar...
- Y tú, ¿a qué te dedicas?
- Ya te lo conté, a buscar, a encontrar.
- ¿con que fin?
- ¿Qué es el fin?- la niña puso cara de ojiplática.
- Significa que para qué buscas, que es lo que deseas encontrar.
Removió su naricilla en busca de una respuesta para él.
- Definitivamente, busco- recitó con gran decisión- lo que las palabras no pueden expresar y encuentro chirifluris ¡que la retina ni siquiera es capaz de captar!
*Y el fon de todo esto no es otro que alcanzar la completitud exactica de mi ser*
Su carita se puso extrañamente seria.
- Ummm… ¡¿alguna vez te llevo de la mano el AMOR?! Ahora él es mi amigo, y la verdad, no sé cómo no le extrañé antes.
Antes de encontrarle digo.
Y tú ¿quieres ser mi amigo?
“Conversaciones con la Sombrerera”
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