Bandera

Bandera
:)

La casa de los portales mágicos

Soñando que había algo más que lo que mis ojos me mostraban.
En busca de alguno de mis personajes aún no encontrados.
Sabiendo que hay más realidades de las que conozco.

Una mañana de lluvia, llegamos a la casa de los sombrereros locos, donde la trompeta se toca montando en monociclo, la comida se sirve en clave de Om y las paredes son lienzos ansiando que les cuentes tu historia, que les des color.
Donde el idioma oficial es la risa y continuamente suena la canción de la creación.

Una noche llega una oronda señora a la casa, botella y torrente de lágrimas en mano.
Toc, toc, toc.
Se le abre la puerta, ¿cómo no?.
Es persona.
Entrada abierta y libre.

El ángel Rafael toca el arpa para ella, intenta acariciarla con sus notas,
menuda sorpresa cuando se descubre a la oronda como una gran cantante de ópera,
¿Qué cuál es su canción?
"Me expulsaron de mi país,
por no callar, esas cosas, que no se pueden contar,
me expulsaron, me exiliaron
y ahora no puedo regresar,
ni siquiera para tirar de las orejas, oler, dar la bienvenida un año más,
a la niña que salió de mi barriga, este día, hace unos cuantos años.
Y se me desgarra el corazón y no soy capaz de entender, como existen las fronteras,
como limitáis así mi movimiento.
Y el alma se me desgarra y escojo la opción fácil, no lo niego.
Agarro un mágico elixir, que tiene la capacidad de proporcionarme esa cosa, esa cosa que ustedes se empeñan tanto ocultar, la felicidad.

Un filosofo se tira desde la terraza a la piscina, le duelen los pies porque apenas si cubre un metro de agua. Le paso mi energía para que se recupere antes , vete tu a saber de donde sale el chorro, la cuestión es que esta ahí, fuente infinita a la disposición del que tenga mente con el paracaídas lo suficientemente abierto como para querer aprovechar.
Y resulta que el me ayuda con la suya, ahora está investigando filosofía oriental. Jugamos a sentir esa parte que nos forma que solo se ve con el tercer ojo, no el del culo sino en la frente.
Me cuenta de amor y dolor, de viajes a la india en busca de inmortales y sabiduría antigua.

Hablamos de ser siempre fruto y semilla, del valor de ayudar y dejarse ayudar.

Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.

Un loco fotógrafo que antes no hablaba con la "gente" por no saber que decir, por no comprender el idioma de los grises; acumuló, acumuló y desde que aprendió a jugar con las palabras ya no hay dios que le calle.

Y en esta casa llena de gente viva, dónde lo mágico e invisible tienen el mismo valor que lo tangible, donde la gente se curan los unos a los otros de la enfermedad de la soledad y los miedos.
En esta casa donde no se compra si no que se recicla, donde suena la música a todas horas y lo mio es tuyo y lo tuyo es mio y tu eres yo y yo tú y las únicas leyes que imperan es ser libre y ayudar a los demás.
En esta casa, yo he aprendido a ser más humana,
he aprendido a aceptarme a mi misma,
sentir mis reloqueces, mi especial individualidad, eso que tenemos todos por ser único; como lo que verdaderamente es, a manta de portales mágicos por abrir y potenciar.

No algo que esconder por el miedo al que dirán...

Por que al fin de cuentas... y como dice la canción que suena ahora mismo en mi interior, **qué más da lo que piensen los demás**.

En busca de la libertad.

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