Llaman al
timbre, son las doce de la mañana.
Un vendaval hace
que casi le cierre la puerta de mi casa con un golpe a las narices a un ángel
disfrazado de ojos asustados y mente inquieta, eccemas como países repartidos
por el mundo que es su cara, pero a mí no me engaña, reconozco el brillo que
late en lo profundo, a miles de quilómetros de la superficie.
Sus labios
apresuran una pregunta:
¿No tendréis
algo que darme para comer?
Se levanta
el raido jersey y nos enseña la barriga… ¡No es un ángel, son dos!
¿Quién elige
cómo venir al mundo? Teorías kármicas aparte… es como poco, para reflexionar; mientras
yo abro la nevera y escojo lo que llevarme a la boca, por gula la mayoría de
las veces, no es que desgaste mi energía en recorrer doce kilómetros a por un
cántaro de agua para cocinar, y ademori, si ningún tipo de esfuerzo, de eso ya
se encarga el banco mundial llamado papá que me financia todos los caprichos
burgueses que a la niña se le antojan.
Mientras
moscas comen niños, otros comen píldoras adelgazantes a coste de ojo de
esfinges.
Mientras
madres desgarran sus corazones al ver morir a sus tiernos lechales de inanición…
en el primer mundo, fíjate bien en esta composición: primer mundo.
Pues acá, acá en este fantabuloso y avanzado primer
mundo, nos desgañitamos por llegar tarde, que alguien no nos ceda el paso, no
poder adquirir la ultima batimierdichifli superdosmil absolut, nos comparamos
con los demás, tendemos hacia la neurosis y una paranoia esquizoide continua si
darnos cuenta, cada día nos acercamos más a un estado de infelicidad e
insatisfacción absolutas, que, con todo lo que la vida nos ofrece en este
primer mundo, es de gilipollas rematados.
Un momento.
Ya está,
Acabo de
guardar al indignado que llevo dentro y a veces se me escapa, como ese lobo
estepario que ya no quiere callar más ante las tonterías del mundo, que
prefiere aullar, tal vez hasta morder, cuando
ni Dios ni Demonio existen, caes en los brazos de un Abraxus, mucho más
benevolente con uno mismo, el no juzga lo que es bueno o malo, él acepta,
esbozando una pícara y un tanto sardónica sonrisa ante el adebacle de
pensamientos que se cruzan en tu interior.
¿CÓMO NEGAR
LA ENTRADA DE DOS ÁNGELES A MI CASA?
Mientras
recorremos la casa de aquí pá yá, mi bruja pelirroja y mua, busca que busca
cosas de las que gustosamente decimos adiós y ella encantada saluda con una
sonrisa, este ser alado repite varias veces en voz alta un mantra “no me dejéis
sola”, y continua en su pensamiento, “me entran tentaciones de robaros, a
vosotras que lo tenéis todo y no necesitáis nada, pero mi moralidad me lo
impide”… bueno o algo así, mi telepatía no da para más, by de moment.
Al despedir
a la pasajera del tren, una vez más me recuerda lo afortunada y tonta de remate
que soy, no dudo en plantarla un sonoro beso en la tripa, rezando para que alguien
se acuerde del bebé , le acompañe en su vida y le muestre las oportunidades.
Mirada sobre mirada, un susurro:
-
No somos lo que pensamos, si no lo que hacemos, ni
siquiera eso, estate tranquila.
Mucha suerte
y adebacles para todos aquellos que viven en la calle, que esta maravillosa
sociedad rechaza y señala, para todos aquellos que necesitan un abrazo, una
mirada sincera, solo un que les muestren algo diferente, algo que les cure las
heridas… jolines, es hora de comenzar a construir una sociedad diferente que
nos haga gincharnos de los orgullos cada vez que recordemos que pertenecemos a
la raza humana.
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