Bandera
oSo CaraCOL
Es muy fácil que la subida de la marea borre las palabras mágicas escritas en la arena,
pero es más difícil olvidarse de una sonrisa regalada.
Suele ser muy fácil enredarse pensando en sus significados,
pero difícil no sentirlas si te pierdes en unos ojos que reflejan arcoiris.
Mientras sueltas un rugido de dragón y sale humo de tus fauces abiertas.
No es necesario que todas las cosas tengan nombre para darse cuenta de que te siento muy profundo y muy fuerte, donde resuena el eco del tambor.
Si creyese en la reencarnación podría incluso decir que yo ya te conocía antes de que mis ojos te viesen,
es un verdadero placer volver a encontrarte.
No es la persona que fuiste al que toco cuando las mariposas de mis ojos se posan en tu nariz, ni al inmenso árbol lleno de aves cantarinas que llegarás a ser; es a lo que eres solo por ser, sin necesidad de que tus labios junten sonidos, ni tus manos escriban palabras para llegar a comprender todo lo que me estás enseñando.
Verme reflejada en tus ojos es todo un placer.
Dónde quiera que nos lleve el autobús gato que corre loco entre los callejones de la ciudad, buscando el mar, no dudes de que estaremos cerca el uno de del otro; aunque nos separen selvas y pirámides, siempre podremos encontrarnos allá donde vive el oso caracol, muy dentro.
Recuerda que mientras los tambores de Jumanji sigan sonando, la partida continua.
Cuando la soledad se quiera unir a la fiesta, ábrele la puerta, mírala a los ojos, y dila muy educadamente que no tienes sitio para ella, que no cabe nadie más.
Entonces ella te dirá con retintín que ve un sitio junto a tu silla que se ve libre... Ahhh responderás, ese sitio lo tengo reservado para cuando me encuentre a mi mismo, tengo muchas ganas de verme y charlar un rato. Pero regalalala una sonrisa, por los viejos tiempos.
¡Asiri!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario